NO ES BROMA

MALTRATADORES

Constantemente,  por no decir cada semana,  vemos en la prensa noticias de mujeres asesinadas o gravemente maltratadas por sus parejas, en las que muy raramente se menciona  la nacionalidad del agresor; parece como si facilitar este detalle importantísimo, fuera políticamente incorrecto por aquello de no fomentar la xenofobia, o simplemente que el dato no fuera hecho público por la fuente primaria de la noticia:  la Administración.

La realidad es que según la Información estadística de violencia de género proporcionadas por el Ministerio de Sanidad, Política Social e igualdad (Octubre 2010), vemos en el apartado de nacionalidad del agresor:

TOTAL VÍCTIMAS 22.987
Maltratadores españoles 17.684
Maltratadores extranjeros 5.303

Si partimos de la base que solo un 10% de la población es extranjera, una simple operación aritmética nos daría unos números relativos, por  los cuales, por cada maltratador español habría tres extranjeros. Si a ello añadimos el hecho de que muchísimos casos de maltratos entre extranjeros no se denuncian debido a la sumisión de la mujer por razones sociales, religiosas o simplemente al  temor a ser expulsadas, en el caso de los sin papeles, podemos darnos cuenta que el problema de violencia de genero en España, es una cuestión  que atañe principalmente a la población inmigrante, lo cual, no altera el hecho de que muchos de los maltratadores sean españoles.

No es justo que los españoles tengamos que  llevar sobre nuestras espaldas el sello  de sociedad super machista y maltratadora a los ojos de otros países, o incluso ante los  propios extranjeros que aquí viven, por aquello  de no querer reconocer el carácter machista de algunos colectivos inmigrantes a los que se les acredita lo que no es mas que discriminación, como un rasgo étnico, religioso, o cultural, cuando se trata mas bien,  de una concepción de la mujer relativa a la edad media, ampliamente superada por nuestra sociedad desde hace muchos lustros.

Lo peor del caso es que al final, nuestro Gobierno, trata de combatir la violencia de genero, con medidas y normas, dudosamente constitucionales como la Ley de Violencia de Género que afectan a principios fundamentales, como el de igualdad o el de presunción de inocencia, al tiempo que mira hacia otra parte ante la evidencia que se desprende claramente de sus propios datos estadísticos.


Aunque la violencia de género deba ser erradicada, el ignorar hechos que están a la vista de todos, es una injusticia. No somos ni tan machistas ni tan violentos, somos una sociedad europea standard.


No es broma