LA HUELGA DE LOS SINDICATOS VERTICALES PARA PROTEGER NUESTROS DERECHOS
Tenemos huelga general,
decidida por unos sindicatos sin apenas afiliados, en nombre de unos
trabajadores, todos los de España, que dicen representar y a los que ni
siquiera se han tomado la molestia de consultar en ningún tipo de asamblea como
debería ser, o sea, hay huelga, no sabemos si los trabajadores quieren hacerla,
o no, pero los sindicatos dicen que espor nuestros bien.
Es una huelga contra el
Gobierno, no parece importarles la mayoría absoluta que el partido gobernante
tiene en el Parlamento ni los millones de españoles que representan, ni la
situación de emergencia que sufre España, ni que la tan denostada reforma
laboral no haga mas que acercarnos, un poco, al sistema de relaciones laborales
de los países de nuestro entorno, nuestros nuevos sindicatos verticales, son
los herederos de la ortodoxia marxista, de la lucha de clases que solo ha
servido, donde se ha ganado, para repartir la miseria en vez de la riqueza
En otros tiempos, una huelga suponía el
enfrentamiento de los poderes en los que se veían inmersos los patronos y los
obreros y en ella concurrían factores extraeconómicos y revolucionarios, sin
embargo, ahora los trabajadores son otra cosa y ya no hay lucha de clases, las
estructuras económicas se apoyan en el principio de la mutua dependencia de
trabajadores y empresarios, la huelga general, por muy derecho subjetivo que
sea de los trabajadores, no es mas que una antigualla obsoleta, tanto como los
convocantes sindicatos de “clase”, ¿de que clase?, la mayoría de los
trabajadores no saben ni lo que significa, tendrían que preguntarlo a sus
padres o a sus abuelos.
Criticamos las huelgas de pilotos de Iberia, del
SEPLA, huelgas consensuadas con sus afiliados, que pagan sus cuotas para que el
sindicato defienda sus intereses, son, molestas, insolidarias y todo lo que
queramos llamarlas incluso ilegítimas, pero nos muestran lo que debe ser un
sindicato moderno, una asociación de trabajadores para defender sus intereses,
no un grupo de personas pagadas por todos los españoles y ancladas en el
pasado, que se sienten legitimadas para luchar por una clase de trabajadores
que ya no existe, y a la que dicen representar, por la gracia de Dios y
por los poderes que les otorgan un ejército de liberados constituidos en
piquetes violentos y coactivos.
Que se paguen sus gastos o desaparezcan, o que se
presenten a las próximas elecciones generales.
No es broma