EL CUERPO DE POLITICOS DEL ESTADO
El inminente tramite del proyecto de Ley de Transparencia y Buen Gobierno ha estado precedido de una gran discusión mediática: ¿debía ser incluida la Casa Real?, ¿la Iglesia?. Al final, tanto unos como otros han expresado su deseo de ser incluidos, o sea, que hasta aquí, parece ser la tramitación va a ser pacífica, o por lo menos, no muy beligerante.
No obstante, la transparencia no va a ser completa, para ello habría que incluir en dicha Ley a un colegio profesional inexistente, o mejor dicho a un cuerpo que existe en la sombra, EL CUERPO DE POLITICOS Y ASESORES DE LIBRE DESIGNACION DEL ESTADO, el colectivo más opaco y responsable, en gran medida, de la desgraciada situación económica de nuestro país.
Y es que en nuestro país, la política es una profesión permanente, lo cual, quiere decir que cuando un cargo electo cesa en sus funciones, por las razones que sean, no es para irse a su casa, y reintegrarse a su actividad anterior, si es que la tuvo, ya que muchos de los políticos comienzan su vida laboral en la política, sino que son colocados en otros puestos, para que puedan seguir cobrando hasta su jubilación.
Así pues, es comprensible que no se oiga al partido del Gobierno, ni a la oposición, tocar el tema tabú, de recuperar competencias autonómicas, ni de eliminar las diputaciones provinciales, ni las empresas públicas. Prefieren recortar, subir los impuestos, lo que sea, con tal de que no se pierdan puestos “de trabajo”, de los miembros y clientes de sus propios partidos.
Se dice por ahí, que hay unos 445.000 cargos políticos, y posiblemente no sea verdad en sentido estricto, o sea, contando los cargos electos y altos funcionarios de designación política, pero si contamos a la legión de asesores, empleados de empresas públicas, funcionarios contratados, etc., yo creo que la cifra se queda corta.
Si de verdad se quiere hacer una ley de transparencia, lo primero que habría que hacer es un recuento de todo el personal que vive del Estado, en puestos prescindibles, sin mas mérito que ser político o cliente de un partido e incluirlos en un cuerpo o colegio DE POLITICOS Y ASESORES DE LIBRE DESIGNACION DEL ESTADO, y someterlo a la futura Ley de Transparencia, y después, si de paso, quieren meter a la Iglesia, pues vale.
No es broma