miércoles, 6 de agosto de 2014


 SIQUIERA MENTIR BIEN

Mucho se viene hablando de las declaraciones del ex presidente de la Generalitat y ex molt honorable, de sus declaraciones sobre la herencia de su padre mediante testamento ológrafo, o sea, escrito de su puño y letra y dejado en depósito a alguien de su confianza, en este caso parece que el propio Jordi Pujol, al margen del testamento ante notario que también lo hubo.

Los medios de comunicación han dudado, con razón, aunque sin razonar, de la veracidad de dichas declaraciones. Y es que desde un punto de vista jurídico, este humilde jurista que no es especialista en temas sucesorios, también lo duda, por no decir abiertamente que las declaraciones del no molt honorable ex president, no se sostienen en lo jurídico, además de caerse por su peso tan solo por aplicación del simple sentido común.

Ahora nos enteramos, que el padre del padre de la patria catalana, dejó en su testamento no secreto, pues estaba plasmado en escritura pública, a la hermana del president, la mitad indivisa de un piso y unas acciones de banca catalana, nada o poco mas según parece, pues se relata también que el mencionado piso del padre, se vendió tras su muerte, y el importe del mismo se repartió a partes iguales con el propio Jordi, así parece ser que el finado repartió a partes iguales su herencia.

Pues bien, ahora resulta que había otro testamento, éste ológrafo, no sabemos si con fecha anterior o posterior al que se hizo ante notario. En nuestra legislación, opera el principio nemo pro parte testaus, pro parte intestatus decedere potest, lo cual significa en román paladino, que nadie se puede morir dejando una parte de sus bienes en el testamento, y otra parte sin testar.

Un testamento ológrafo, para su validez, ha de ser adverado y luego protocolizado notarialmente. Para su adveración, debe presentarse el testamento ológrafo al Juez de 1ª Instancia del último domicilio de la testadora en el plazo de cinco años a contar desde su fallecimiento. El Juez lo comprobará, llamando para ello a tres testigos que conozcan la letra y firma de la testadora y que éstos declaren que no hay duda de que el testamento está escrito y firmado de mano de la testadora, pudiendo el Juez acudir al cotejo pericial de letras si dudan los testigos o si el Juez lo estima oportuno.

También según nuestro ordenamiento, artículo 739 del Código Civil, aplicable incluso en el ámbito del Derecho Civil Catalán, en caso de dos testamentos válidos, tan solo uno, el último, será aplicable.

Para quien no lo sepa, en España, el testador solo puede disponer libremente de 1/3 de sus bienes constituyendo los otros 2/3 la legítima, o sea la parte que obligatoriamente solo pueden heredar los legitimarios, normalmente los hijos,(25% en el D.C. Catalán vigente ahora) o sea, que en este caso la hermana del president, debería haber heredado como mínimo la mitad de la parte correspondiente a los legitimarios.

Si el president, no informó a su hermana, sobre esta herencia millonaria, aquí hubo por lo menos una apropiación indebida, castigada con pena de 6 meses a 3 años de prisión según el artículo 252 del Código Penal.

O sea que lo ponga como lo ponga el no molt honorable, como mínimo debería haber ido a la cárcel, si lo que dice es verdad, y como que consejeros jurídicos no le faltaban, habrá que pensar que lo que dice, no es verdad.

Ahora viene la parte lógica, en la que basta aplicar el sentido común: según relatan la hermana y el cuñado del no molt honorable, el padre de ambos, compró en vida un piso para cada hermano, y otro para si mismo, éste último, pegado al piso de su hija, asumiendo ésta la tarea de cuidarle en su vejez, lo cual hizo hasta su último día, visto lo cual, resultaría impensable, incluso canallesco,que la olvidase en su testamento  por cuanto esta labores se agradecen infinitamente, y en la sociedad catalana, es incluso tradición recompensarlas con algún legado, y mucho menos que además de preterirla, para mayor agravio, atribuyese una parte de su fortuna a su nuera, con la cual no le unía vínculo de sangre alguno, ni le debiera nada, que se sepa.

La costumbre de mentir envolviéndose en la bandera catalana, no le ha servido de nada dado lo burdo de la mentira, aunque quizás sea lo mejor que ha encontrado dada la precipitación, por los acontecimientos que se le venían encima. En realidad, no ha tratado de exonerar a sus hijos, sino que ha tratado de hacernos ver que así era, porque lo que ha hecho ha sido echarles la culpa para por lo menos no pasar a la historia como el menos honorable de los deshonorables. No ha funcionado.

No es broma