viernes, 25 de noviembre de 2011

 TIFOSI

Cuatro días después de las elecciones, ya hemos tenido oportunidad de escuchar y leer, en periódicos televisiones y tertulias radiofónicas, todo tipo de opiniones sobre el resultado de las mismas, sin embargo, una de ellas es unánime: todos coinciden en el batacazo que se ha pegado el PSOE, el cual ha perdido cuatro millones de votos, obteniendo tan solo, siete millones de sufragios.

Para mi, y a la vista de los resultados, inapelables por ser números, pienso que el PSOE lejos de darse batacazo alguno, ha salido fantásticamente bien parado. Si después de dejar a España en la ruina con 5 millones de parados y endeudada hasta los ojos, con Cataluña y el País Vasco pidiendo la independencia desde las instituciones, si después de resucitar a los dos bandos enfrentados de la guerra civil, que ya habíamos olvidado, después de negociar con los asesinos de ETA y darles protagonismo cuando ya estaban muertos, y  legalizar a sus representantes políticos, si después de ocho años de experimentos sociales que nada o casi nada tienen que ver con el interés general, y otras muchas cosas que serían demasiado largas de enumerar en un artículo como este, si después de todo, todavía han conseguido encandilar a 7 millones de españoles que han votado al PSOE, ello es: o que Rubalcaba es un fenómeno, o que el PSOE ha dejado de ser un partido político y ha alcanzado la categoría de club de fútbol al estilo del Real Madrid o el Barcelona con sus millones de seguidores, tifosi como les llaman los italianos.

En el fútbol italiano, Tifosi es un palabra que equivale a hinchas, termino casi cariñoso que se usa para describir un comportamiento, una especie de fanatismo menor, por suerte, mediante el cual se describe al colectivo que  anima siempre a un determinado equipo, lo aplaude y elogia y toma parte en su favor en cualquier discusión, indiferentemente de que juegue bien o mal.

Pues bien, eso es lo que tenemos en España, muchos tifosi, seguidores, hinchas, lo que queramos llamar, un electorado que en su mayor parte vota a partidos políticos, no en función de cómo administran la Res Pública, sino que por el color de la camiseta que llevan, como si se tratase del Madrid o del Barcelona.

Luego salen las encuestas del CIS en donde nos quejamos amargamente de los políticos a los que consideramos un problema. Sin embargo la mala calidad de los políticos además de un problema, es una consecuencia, la consecuencia de votar a unos o a otros por aquello de la derecha o la izquierda sin pararnos a pensar que todos los políticos hacen lo mismo y que solo hay que valorar si lo hacen bien o mal para no tener que quejarnos después si no llegamos a fin de mes.

Circula desde siempre un tópico: todos tienen los políticos que se merecen. Cuanta sabiduría en tan solo una frase.

No es broma.

jueves, 17 de noviembre de 2011

TECNOCRATAS

Algunos comentaristas políticos me sorprenden por sus afirmaciones de que los llamados "TECNOCRATAS", nuevos gobernantes especializados en economía, que han sido elegidos por sus respectivos parlamentos en Grecia e Italia, suponen una merma de la democracia, a): por el hecho de que no han sido elegidos por el pueblo, sino por los mercados, y b): por ser personas sin ideología al no ser políticos profesionales.

Sorprende lo afirmado, por cuanto quienes se dedican a comentar política en las distintas tertulias que se dan en todos los medios todas las mañanas, parecen desconocer que tanto Grecia, como Italia, como nosotros mismos los españoles, estamos en un sistema parlamentario, donde no votamos a presidente de gobierno alguno, solo votamos a nuestros parlamentarios, quienes, a su vez y en nuestro nombre, votan al presidente del Gobierno el cual a su vez forma un gabinete con personas de su confianza, los ministros, y estos a su vez, a los cargos políticos inferiores.

Si los parlamentos de esos países han votado a sendos presidentes que no son políticos profesionales, pero que entienden de lo que verdaderamente es su problema, o sea, la gestión de la economía y las finanzas, ¿Dónde está la merma de democracia?, o ¿el dedo de los mercados?, ¿no los ha nombrado el Parlamento, máximo órgano representativo de la soberanía popular?.

Estamos en una época en la que los conceptos de izquierda y derecha están caducos y su vigencia está solo en los discursos demagógicos de los mítines electorales, el bienestar público reside básicamente en la capacidad económica del país, puesto que se puede repartir la renta, pero algo mas complicado sería repartir la deuda soberana. ¿Qué es mejor?: que la gestión de nuestros recursos corra a cargo de políticos cuyo éxito se basa en la capacidad de seducir al electorado, o que estos recursos sean administrados por especialistas, los denostados “TECNÓCRATAS”.

Si lo que se arguye es que la política debe ser practicada por políticos, nada habrá que objetar, puesto que los “TECNÓCRATAS”, desde el momento que se dedican a la política, son eso: políticos, la única diferencia es que los de siempre son profesionales, ¿acaso es una ventaja para nosotros que nuestros gobiernos estén formados por encantadores de serpientes, experimentadores sociales, charlatanes, amigos y clientes políticos premiados por su lealtad o por lo que sea?.

Que vengan los “TECNÓCRATAS” ya. ¿No hemos tenido suficientes gobiernos de incompetentes?

No es broma

miércoles, 9 de noviembre de 2011

CENTRALES DE PARTIDOS, THE COMISSION

Una vez mas comprobamos como nuestra democracia progresa en sentido contrario, algo así como la leyenda de la medalla del amor a la inversa, o sea: " menos que ayer pero mas que mañana".

Ahora ya no se trata, tan solo, de que unos cuantos partidos monopolicen la actividad política del país, sino que además cada vez compiten menos entre ellos, ocurre un poco como cuando Salvatore Lucania (a) “Lucky Luciano” fundó The Commission con los máximos ejecutivos de la Mafia y les convenció de que luchar entre ellos era dar ventajas al mundo de la Ley, y que lo mejor era ponerse de acuerdo, o sea que cada cual delinquiese todo lo que pudiese, pero eso si, en su territorio y con unas reglas comunes.

Ahora los partidos se ponen de acuerdo en todo lo que no conviene discutir: acuerdo de disciplina de partidos, de mantener el sistema electoral inamovible, acuerdo de repartirse el Poder Judicial, de repartirse los magistrados del TC, acuerdo para exigir avales imposibles a quienes pretendan concurrir a elecciones y acuerdos sobre cualquier cosa que pueda minar su status de partidos digitales y sus intereses aunque sea en detrimento del interés general, y ya en una demostración de hasta que punto puede llegar la canallesca, alcanzan un acuerdo sobre lo que se puede hablar en un debate televisado, o sea un montaje de cara al electorado, como un tongo en el boxeo, así ocurrió el pasado lunes por la noche entre Rubalcaba, y Rajoy, dos líderes nombrados a dedo por sus partidos, o sea, autonombrados.

Claro que no les conviene que se discuta en público sobre corrupción política, ni de mejorar el sistema electoral, ni de nada que aunque sea de máxima actualidad, pueda concienciar al grueso del electorado sobre la necesidad de acabar con este sistema, en el que unos partidos políticos cuya democracia interna se basa en los nombramientos a dedo, están ahí para servirse, que no para servir a nadie, actuando únicamente por su interés y completamente al margen de su electorado.

Y es que aunque parezca una exageración, los partidos políticos, son eso, mafias a las que solo les interesa el Poder y colocar en él a sus miembros, su forma de actuar es la misma que diseñó Lucky Luciano, aunque por supuesto, no matan ni extorsionan, pero que al igual que éstas, actúan fuera de la Ley, o sea al margen de la Constitución Española.

Sugiero que como los sindicatos, se sinceren de una vez, y se rijan por el sistema de centrales, o sea una central de partidos políticos y que los lideres del PP y del PSOE vayan siempre juntos como los de UGT y CCOO.

No es broma

jueves, 3 de noviembre de 2011

 NUESTROS DERECHOS

Conduciendo tranquilamente entre dos pueblos de Mallorca, mi tierra, me he apercibido de una obviedad, que por tal, me pasaba por alto; los campos adyacentes a la carretera, están en su inmensa mayoría sin cultivar, es más, los almendros, árboles  emblemáticos de nuestra comunidad, y que antaño suponían el dinero en efectivo de los agricultores, están todos con su cosecha intacta pudriéndose en los árboles.

Atrás quedan los tiempos, en que los de menos recursos, mujeres sin tierra con niños pequeños, solicitaban a los aparceros de las fincas, que les dejasen repasar los almendros ya cosechados y que les suponían, tras una jornada sin más límites que la capacidad visual, un miserable kilo de almendras olvidadas por los recolectores, o quienes subsistían apacentando una o dos cabras por los márgenes de los caminos públicos. A base de aprovechar al máximo los recursos disponibles, se construyo la España próspera de hace dos días, tan distinta de la de hoy.

Ahora, de entre los que se quejan de las penurias causadas por la falta de ocupación, muy pocos saben como antaño, buscarse la vida, sobrevivir por iniciativa propia, alguien tiene que ocuparse de nosotros, nuestros padre, el Gobierno, quien quiera que sea, tiene que garantizarnos los derechos que nos son inherentes, los que vienen dados por la Constitución: derecho a un trabajo digno, derecho a una casa digna etc. Todo esto está muy bien, pero los derechos no existen en abstracto, los derechos siempre son frente a otros que son quienes los dan, así, siendo cierto que tenemos derecho, por ejemplo, a unas vacaciones pagadas, difícilmente podremos ejercerlo si no trabajamos por cuenta ajena, puesto que si trabajamos por cuenta propia, no tendremos quien nos las pague.

Así pues, ante la crisis que padecemos, y por muchos derechos que tengamos, si a papá Estado, se le terminan los recursos y no puede siquiera pedir prestado porque ya nadie nos fía, difícilmente vamos a salir de la penuria si nos quedamos sentados a esperar que las cosas se arreglen, o saliendo a la calle a reclamar unos derechos que nadie nos va a dar porque aunque existan no hay pagador.

Los campos abandonados, las cosechas sin recolectar, son tan solo una muestra de la incapacidad de reacción de nuestra sociedad de la subvención, del desprecio por el esfuerzo, del adoctrinamiento imbécil de algunos partidos, en fin de la pérdida de la lucha como cultura.

Con estos mimbres, como vamos a salir de esta crisis. Saldremos seguro, pero algunas cosas deberán cambiar.

No es broma