EL CIRCO JUDICIAL
La administración de justicia, se está podemizando, cada vez está más en la calle y cada vez peca mas de populismo justiciero olvidando los principios que deben adornar esta institución que tan alejada debería estar del mundo del espectáculo.
Y no sé si es la policía o el propio juzgado el que organiza estos shows mediáticos, como el de la detención de José Ángel Villar, pero en cualquier caso la policía está subordinada al juez cuando actúa como policía judicial, por lo cual la responsabilidad no se le escapa al juez que ordenó la detención.
Ya fuimos testigos de cómo el juez Castro permitía en Palma, la transmisión casi en directo, de los interrogatorios de la princesa Cristina y de Urdangarín, ya vimos la detención de Rodrigo Rato, un número de circo, en el cual incluso, un agente de aduanas se sintió, obligado por las circunstancias televisivas, a bajar con la mano la cabeza de Rato para que entrase en el coche, como en las películas americanas Por no hablar de la actuación del juez Elpidio que quiso actuar como juez estrella y justiciero aprovechando los datos de Wikipedia.
Y es que no se comprenden los números teatrales como el que acabamos de ver con respecto a la detención de Villar: Guardias civiles con chaleco antibalas, centinelas armados en la puerta de la federación (los más corpulentos del cuerpo, claro, lo mejor para la tele) y por supuesto todos los medios de Madrid, acompañando a la policía, fotografiando y filmando la detención, e instalando cámaras sobre trípodes enfocadas hacia el interior del edificio.
Todo ello vergonzante, no tanto para los medios puesto que esos van a lo suyo, a informar, pero la justicia no puede caer en la desproporción, a facilitar la pena de telediario, especialmente cuando se trata de una actuación inicial, en la que todavía no se han presentado pruebas, que seguro que las hay, pero no justifican ese despliegue de medios ya que los detenidos, no solo no eran violentos, sino que ni se les suponía.
Y es que los jueces estrella y los justicieros no casan con el “show business”. Y para que la justicia sea igual para todos como prescribe el artículo 24 de la Constitución, da igual que sea Villar, Rato o Blesa, son presuntos delincuentes financieros y como tales se les debe tratar, a la justicia auténtica, le da igual sin son presidentes de federación, ex ministros o ex directores de banco.
La culpabilidad se declara en los juzgados, no ante los medios y en la calle y no hacen falta ni chalecos antibalas ni los guardias más fuertes del cuerpo para efectuar una detención de este tipo. Y mucho menos, retransmisiones en directo organizadas por la propia administración de justicia.
En este país, todos tenemos derechos constitucionales, incluso los que se presumen delincuentes, porque uno de los principales derechos es que todo el mundo es inocente mientras no haya una sentencia firme. Y Villar, aunque probablemente lo sea, ya ha sido declarado culpable sin juicio.
Y esto es más propio de una república bananera que de un país serio. Los juzgados, no pueden ser una delegación de medio alguno.
No es broma