martes, 23 de abril de 2013

EL CUERPO DE POLITICOS DEL ESTADO

El  inminente tramite del proyecto de Ley de Transparencia y Buen Gobierno ha estado precedido de una gran discusión mediática: ¿debía ser incluida la Casa Real?, ¿la Iglesia?. Al final, tanto unos como otros han expresado su deseo de ser incluidos, o sea, que hasta aquí, parece ser la tramitación va a ser pacífica, o por lo menos, no muy beligerante.


No obstante, la transparencia no va a ser completa, para ello habría que incluir en dicha Ley a un colegio profesional inexistente, o mejor dicho a un cuerpo que existe en la sombra, EL CUERPO DE POLITICOS Y ASESORES DE LIBRE DESIGNACION DEL ESTADO, el colectivo más opaco y responsable, en gran medida, de la desgraciada situación económica de nuestro país.


Y es que en nuestro país, la política es una profesión permanente, lo cual, quiere decir que cuando un cargo electo cesa en sus funciones, por las razones que sean, no es para irse a su casa, y reintegrarse a su actividad anterior, si es que la tuvo, ya que muchos de los políticos comienzan su vida laboral en la política, sino que son colocados en otros puestos, para que puedan seguir cobrando hasta su jubilación.


Así pues, es comprensible que no se oiga al partido del Gobierno, ni a la oposición, tocar el tema tabú, de recuperar competencias autonómicas, ni de eliminar las diputaciones provinciales, ni las empresas públicas. Prefieren recortar, subir los impuestos, lo que sea, con tal de que no se pierdan puestos “de trabajo”, de los miembros y clientes de sus propios partidos.


Se dice por ahí, que hay unos 445.000 cargos políticos, y posiblemente no sea verdad en sentido estricto, o sea, contando los cargos electos y altos funcionarios de designación política, pero si contamos a la legión de asesores, empleados de empresas públicas, funcionarios contratados, etc., yo creo que la cifra se queda corta.


Si de verdad se quiere hacer una ley de transparencia, lo primero que habría que hacer es un recuento de todo el personal que vive del Estado, en puestos prescindibles, sin mas mérito que ser político o cliente de un partido e incluirlos en un cuerpo o colegio DE POLITICOS Y ASESORES DE LIBRE DESIGNACION DEL ESTADO, y someterlo a la futura Ley de Transparencia, y después, si de paso, quieren meter a la Iglesia, pues vale.


No es broma

4 comentarios:

JIV dijo...

Es que esto es una vergüenza.

Como ahora está de moda poner a parir a Su Majestad y a la Iglesia (y a otras confesiones religiosas), que han hecho mucho más por este país que otras instituciones que están siendo sostenidas por el Estado (con el dinero nuestro). Pues eso.

Hay que predicar con el ejemplo. Por lo que esta ley debería ampliarse a cualquier cargo públco: Empresa pública, Admnistración pública o Gobierno y cualquier otra persona que dependa directamente del Estado (o autonomías).

Tienes razón, pero es que hay un problema: Conflicto de interés. No puedes eliminar los privilegios de quien te está manteniendo (No muerdas la mano que te da de comer).

Y así nos va

JIV

csc212 dijo...

A mí que pongan a la casa real me parece bien, al final no dejan de ser políticos.

En lo de la iglesia no estoy tan deacuerdo, porque no es lo mismo. Para mí, si hay que poner a la iglesia también hay que poner a todas las ONGs y Fundaciones que reciben dinero del estado, a la cruz roja, a los sindicatos, e incluso a los colegios profesionales y asociaciones (que también son un nido de tráfico de influencias).

Tòfol dijo...

Precisamente, lo bueno que tiene la monarquía, es que la jefatura del Estado, no está en manos de un político, y con que su función es básicamente representativa siempre es mejor que quien representa a España no pertenezca a ningún partido y represente a los españoles de todas las tendencias y simpatías políticas.

Otra cosa distinta sería que el presidente fuese el jefe del ejecutivo, como ocurre en los EEUU, pero en España el Rey es más bien un símbolo sin poder alguno y con la sola facultad de contratar al personal de su casa (y algunos constitucionalistas incluso niegan dicha facultad).

A mi me parece que para hacer el papel de bandera viviente, está bien como está, y con un presupuesto de algo mas de siete millones anuales, tampoco se puede decir que la Corona resulte cara. ¿Os imagináis lo que costaría una representación con un presidente perteneciente a un partido?, entre asesores, amigos y paniaguados, saldríamos a cientos de millones, y encima nos dirían que es el chocolate del loro.
Saludos.

csc212 dijo...

Yo estoy deacuerdo con que el Rey es la opción más barata, y por otro lado tiene además la ventaja que sus relaciones son más duraderas en el tiempo. Al ser un cargo vitalicio, se puede conocer mejor la política internacional que cambiando cada pocos años, y sin hacer demagogia populista.... aunque eso a veces se le olvida a nuestro monarca. O quizas se le olvida al gobierno de turno que le marca la política a seguir, algo que para mí es un error, ya que debería tener una independencia casi total.