NO ES BROMA

ZAPATERO REBAJARA EL SUELDO A LOS FUNCIONARIOS

Zapatero sabe que la medida de rebajar los sueldos de los funcionarios, es una medida bastante popular, no para los afectados, pero si para el resto de la sociedad española que los percibe como un colectivo privilegiado y poco productivo, por doquier se oyen historias de funcionarios que por ser eficientes son mal vistos por sus compañeros, y además, son sobrecargados de trabajo por sus superiores a la vista de su eficiencia, mientras que a los poco productivos no se les asigna mas que lo rutinario, o de otros, que en horas de trabajo, salen a hacer la compra, navegan por Internet, etc.., y por supuesto, que a los que no hacen nada, o no sirven, nunca les despiden.

Sus sindicatos son conscientes del intrusismo que se produce mediante asesorias inútiles y otros trabajos, propios de técnicos de la administración que tienen una carga mínima de trabajo, pero que se mandan hacer fuera para pagar, a  precios exorbitantes, favores políticos con fondos públicos, o informes “favorables” que se solicitan, a técnicos propios, para justificar actos con la misma intencionalidad política interesada, y callan. La Administración es tan grande, que todo ello trasciende y aunque naturalmente no se puede generalizar, el silencio de los que ven y callan, hace que se pongan en la misma cesta las manzanas buenas y las podridas y al final la impopularidad alcanza, injustamente a todos los funcionarios, buenos y malos.

Electoralmente, y dado el número de votos que conlleva el funcionariado, la medida de rebajarles los sueldos es mala para el PSOE, pero como faltan dos años para las elecciones y el PP continua con Rajoy, confían en que el mal tiempo escampe y todo se olvide. En cuanto a la economía, se me antoja que la medida, tendrá consecuencias bastante malas, se pone a la defensiva a unos doce millones de consumidores , los únicos que no notaban la crisis (si calculamos tres personas por sueldo), el consumo interno que se quiso impulsar con planes y medidas multimillonarias,  va a caer drásticamente y es lo último que necesitamos si queremos ver el final del túnel en el que estamos.

En realidad, la mejor manera de controlar el gasto, hubiese sido cortar lo superfluo: televisiones autonómicas, ministerios inútiles, cargos gubernamentales innecesarios, subvenciones a sindicatos que no representan a nadie, cerrar las empresas públicas que no tengan mas razón de ser que colocar a amigos, y también por supuesto, racionalizar la función pública, acabar con la duplicidad de administraciones y no renovar las bajas por jubilación hasta que se hubieran recolocado eficientemente a quienes no ocupan un puesto justificable y bastantes cosas mas absolutamente prescindibles. No va a ser posible, los partidos necesitan de todo esto para premiar a su clientela, recolocar sus descartes y promocionarse electoralmente, nadie va a hacer nada mientras exista la llamada clase política que monopoliza todas las opciones, recuerden aquello de “perro no come carne de perro”.

No es broma