lunes, 16 de noviembre de 2015

DE MOROS Y CRISTIANOS
Nosotros, no España, sino lo que se conoce como el mundo occidental, tenemos una educación y unos principios cristianos, aunque no vayamos a misa, la base de nuestra sociedad está inspirada básicamente en las normas que predicaba Cristo y lo que se ha ido añadiendo, todos pertenecemos a una comunidad cristiana, incluso los ateos. No es una  religión sino una conducta social.

Se viene hablando mucho de la nacionalidad europea de los yihadistas, ahora por ejemplo se dice que algunos de los terroristas de París, son franceses, igualmente que ese asesino que solía aparecer en los videos degollando periodistas y cooperantes, se decía (parece que han terminado con él) que era inglés, y se habla igualmente del número de españoles, franceses, ingleses etc. que se unen a esa fanática  guerra santa del llamado Estado Islámico.

Dicen algunos que se trata de gente marginada, agobiada por las condiciones económicas y que se trata de una reacción a su desesperación, algunos, los buenistas de siempre, dicen que la solución está en combatir la causa, no en devolver el golpe, el líder de Podemos, por ejemplo, decía que la solución no es la “venganza”, y por ello se negó a adherirse al pacto anti yihadista. Se podría estar de acuerdo en ello, solo que los resultados empezarían a verse dentro de veinte años, y el problema es de hoy, pero una cosa no impide la otra.

Pues bien, aunque desde un punto de vista administrativo, se puede decir que son  europeos, la verdad es que no son nacionales franceses, ni españoles, ni ingleses, porque la nacionalidad es un sentimiento una cultura, no un número de pasaporte, y las naciones las constituyen colectivos de personas que comparten ese sentimiento nacional, y esa cultura, todos los que no los comparten, son extraños a nuestra comunidad, que es lo mismo que decir extranjeros, por mucho que nacieran en España y nunca hayan salido de aquí.

Pero claro, aquí lo que cuenta es el número del DNI y en este sentido, si que se puede legislar, porque en España rige el principio de Ius sanguini, o sea, que quien da la nacionalidad, son los padres, y el hecho de nacer en España, no da la nacionalidad de origen, que  es irrevocable
según la CE. Por lo tanto no debería darse la nacionalidad española a los hijos de quienes no están integrados, y sobre todo bien  asimilados a nuestra sociedad.

Hay un ciclo migratorio que se viene repitiendo: llega una familia del Magreb, regulariza su situación, y en cuanto sus hijos varones alcanzan cierta edad, para evitar que pierdan sus raíces, les buscan una esposa en su pueblo de origen, en el Magreb, o de donde sea que proceden, piden la reagrupación familiar, y la traen a vivir a España con su marido, como no trabaja, se dedica a educar a sus hijos y dado que nada la ata a España, les educa como lo haría en su pueblo natal. 


Los hijos van a la escuela, pero como en la escuela ya no se inculcan nuestros valores tradicionales y nacionales - no vayamos a hacer algo que se parezca a lo que se hacia durante el régimen anterior- , pues no tiene mas principios que los que ha aprendido en casa. Algunos de esos principios son de la Edad Media.
En resumen, la mayoría de los musulmanes no se integra nunca, es como una rueda que va dando vueltas.
 
En Francia,
hay oficialmente  unos cinco millones de musulmanes, -se dice que quizás sean incluso diez millones-, pues bien, aunque muchísimos se han integrado, existe una especie de segunda nación, dentro de la nación francesa, que no se integrará nunca. Aunque a menor escala eso es lo mismo que ocurre en España.

El que las mujeres árabes, vayan vestidas con la cabeza tapada y una especie de bata que les llega a los pies, no es una cuestión cultural, es una discriminación por sexo, porque los hombres, por muy devotos que sean, se visten como les da la gana, pero sobre todo, es una demostración de que el entorno social en que viven, no les importa, o sea una muestra de su renuncia tácita a la integración, nunca se ven mujeres árabes departiendo con mujeres españolas, y menos con hombres, viven en un mundo aparte.

Esto no puede continuar así, esos que vienen huyendo del hambre, son dignos de respeto porque todos tenemos derecho a la vida, pero a su vez deben respetarnos a nosotros porque les damos acogida, si quieren quedarse y disfrutar de lo que nosotros hemos conseguido, deben estar dispuestos a integrarse plenamente en nuestra sociedad, y si no quieren comer carne de cerdo, ni beber alcohol, están en su derecho, pero los que no se asimilen, no pueden quedarse.

Basta ya de multiculturalismo y buenismo, el que quiera quedarse en España, debe demostrar que se siente como uno de los nuestros y para ello debe vestir como nosotros, hablar nuestra lengua y ser investigado acerca de su modo de vida antes de otorgarle la nacionalidad o incluso la residencia permanente. Y por supuesto, asegurarse de que las reagrupaciones consisten en traer miembros consolidados de cada familia y no importaciones de esposas, para impedir que los hijos no se mezclen con personas locales, o  “contaminadas de la cultura de los infieles”, que les dan de comer.

Y ya está bien de ser tan políticamente correctos, esto es España, si no queremos que se convierta en una segunda edición de "Al Andalus", no votemos a políticos inocentes y buenistas.

No es broma

5 comentarios:

csc dijo...

Lo que hay que conseguir es que evolucione el islam como evolucionó el cristianismo. Ellos necesitan su equivalente a la revolución francesa, o sino nunca habrá solución.

Evidentemente lo primero es dejar la religión para dentro de casa, y asumir los valores occidentales de democracia y respeto al otro.

José Ignacio dijo...

La evolución del cristianismo la hicimos nosotros mismos, o sea, los cristianos. Que los musulmanes hagan la suya: pero claro, les seguimos vendiendo armas (EEUU acaba de firmar un acuerdo de venta de armas a Arabia Saudi por 1,29 billones de dólares); o no les exigimos que cambien su forma de ser (ahí está el "moderado" de Erdogan diciendo que el sitio de las mujeres es el hogar y cosas por el estilo).

Por otro lado, si la nacionalidad es un sentimiento, ¿Qué hacemos con los catalanes (Ay! otra vez el tema) y su sentimiento?
También tendría mucho cuidado en hablar de principios o costumbres o raíces: fíjate que hay paises donde los "nativos originarios" son minoritarios; o que son producto de la inmigración (todo el continente americano es ejemplo, al igual que oceanía).
Y en cuanto a la integración, ¿Que hacemos con los católicos ultraortodoxos? ¿Vamos a cerrar iglesias del opus también o a estas no?
Porque lo siento mucho pero combatir fanatismo religioso con religión (me da igual que sea la cristiana o la budista) me parece un error.

Y por cierto si nuestra civilización le debe algo a alguien es principalmente a los Griegos y Romanos: por eso nuestra civilización es greco-romana y dps, judeo-cristiana (no solo tenemos valores cristianos: pues muchos valores cristianos son en realidad o griegos o romanos):
¿Porqué te crees que el ISIS está destrozando Palmyra?: porque representa una civilización superior en todos sus aspectos a la suya: la R-O-M-A-N-A

Tòfol dijo...

Bueno, a la religión, creo yo hay que dejarla en paz, el que uno sea ultra ortodoxo, o del Opus o que adore al Sol, da lo mismo. El problema está cuando esta religión interfiere con la vida de los demás, provocando un problema de incompatibilidad social.

Es el caso de los musulmanes, cuya religión discrimina a las mujeres, algo imposible en un país donde la igualdad es un derecho constitucional, y que de paso al no integrarse, crea una nueva sociedad dentro del Estado, que nos ve como infieles, o sea como sus contrarios, y lo que es peor un sector de ella nos considera incluso como el enemigo blasfemo a batir.

Nada tengo contra los musulmanes, siempre que el ser musulmán, consista en adorar a su dios y a cumplir sus preceptos, como el no comer carne de cerdo, por ejemplo, pero si ello conlleva incumplir nuestras leyes, o fomentar, dentro de nuestro Estado, comunidades aisladas e inspiradas en principios de la Edad Media, que a la larga nos van a traer problemas, entonces, hay que tomar medidas para impedirlo, porque los resultados ya están a la vista. Y cuando terminemos con este problema, vendrá otro, porque su religión, tal como se ve, no es compatible con nuestra CE y además, no entiende de democracia, sino de teocracia.

Saludos

José Ignacio dijo...

Tú lo has dicho. " El problema está cuando esta religión interfiere con la vida de los demás, provocando un problema de incompatibilidad social". Y esto ocurre con los "kikos", con los lefrebrianos, con muchos del opus, con los del yunque, con muchos del tea party, (si te fijas, ninguno es adorador del sol ni nada parecido).
Deberías leerte algunas citas del nuevo testamento. Como alguna carta de San Pablo (En la cual te dice "la mujer en casita y modosita", es una carta que se lee en algunas bodas y que a mí me causa alucinación). Al igual que otra carta que niega el reino de los cielos a determinadas personas...
O cuando Cristo te dice "En cuanto a esos mis enemigos que no quisieron que yo reinase sobre ellos, tradelos acá y delante de mi degolladlos" (Lucas 19, 27): que es lo que hace el ISIS...

Menos mal que en algunos aspectos la Iglesia a madurado y evolucionado: aunque algunos grupos (los que te he nombrado más arriba) pretenden revertirlo... (y son muchos más de los que parece).
Por eso te digo que combatir al islamismo con fundamentalismo cristiano es un ERROR.
Y por supuesto, mientras que se siga matando en nombre de Dios, mientras que se defienda el creacionismo como tesis científica, mientras se siga defendiendo ese oscurantismo religioso y crítico con el que piensa diferente: NO PIENSO DEJAR A LA RELIGIÓN EN PAZ (Venga de donde venga).

Un saludo,

Tòfol dijo...

Por supuesto que no hay que combatir la religión con el fundamentalismo de otra religión. El análisis que yo hago es puramente social, yo hablo de cristianismo como una cultura, ya lo digo al principio una cultura que compartimos todos, incluso los ateos, somos un país constitucionalmente aconfesional, no se trata de combatir religión alguna, sino de impedir que algunos, basándose en temas religiosos, nos impongan su cultura por encima de nuestras normas de convivencia, sean estas de tipo legal, o social.

Pero puestos a hablar de religión, te diré que los cristianos tenemos una ventaja, y es que la interpretación de las sagradas escrituras, la hace un solo órgano (el Papa para los católicos) y los distintos líderes de las distintas ramas del cristianismo, y de esta forma, la religión se ha ido adaptando a los cambios sociales, y no al revés. Los musulmanes interpretan el Corán a nivel incluso local, y cada imán dicta sus fatuas e interpretaciones como le da la gana (de hecho la mayoría de las practicas musulmanas, no están en el Corán), ellos consideran que la sociedad no puede evolucionar al margen de su religión y ahí es donde se crea el problema social, nosotros creemos en la democracia, ellos en la teocracia.

En el momento de escribir este comentario, leo que Albiol del PP, piensa como yo, y a tenor de los comentarios que veo al pie de la noticia, me parece que la inmensa mayoría de los españoles, no vería mal que se actuase de la forma que sugiero con respecto a los permisos de residencia y las nacionalizaciones.

Saludos