viernes, 27 de noviembre de 2015

DE DEMOCRACIA Y CLOACAS

La democracia no es ni religión ni doctrina perfecta, nada que ver con la democracia de los antiguos griegos. No consiste en votar, como creen algunos catalanes, y algunos licenciados e incluso profesores izquierdistas, legos en la materia por supuesto.

 La democracia moderna, es un sistema de gobierno y tambien un estilo de vida con unos principios fundamentales garantizados por una Constitución y unas leyes, lo que se llama un ordenamiento jurídico.

El problema de la democracia, es que las garantías constitucionales, protegen por igual a los honrados y a los delincuentes.

Así pues, tenemos identificados a un grupo de terroristas, y nada puede hacer la policía, hasta que estos delincan. Y cuando la policía pueda actuar, es posible que ya haya un montón de muertos, en definitiva, no podemos protegernos, porque si la policía pudiese detener antes de la comisión de un delito, sería tanto como autorizar al Poder a reprimir a sus adversarios políticos.

Así es la democracia, la democracia es débil y no tiene mecanismos para defenderse de sus enemigos, ello la convierte en injusta, porque al proteger por igual a los buenos y a los malos ciudadanos, se convierte a los buenos en victimas de los malos. Y no hay solución a la vista, porque si la hubiese, ya la habría puesto alguien en marcha.

Sin embargo, las democracias mas antiguas como Inglaterra y los EEUU, y otros supongo, si tienen sus sistemas: las cloacas del Estado, lugar donde se esconden una serie de servicios que actúan por su cuenta y que deciden lo que es bueno y lo que es malo para el Estado, lo que tienen que arreglar ellos con métodos antidemocráticos, para proteger a la democracia.

Claro que hablar de esos sistemas de defensa en una democracia, pura como la nuestra, suena a blasfemia, recordemos al GAL, que al día de hoy todavía sale a colación para desprestigiar a los políticos que supuestamente lo pusieron en marcha.

Ahora las cosas están cambiando, el terrorismo islámico parece que va a prostituir bastante a nuestras democracias puras, no porque los franceses estén suprimiendo temporalmente artículos de su Constitución, sino porque el miedo de la gente la hace mas partidaria de la ideas de Maquiavelo en El Principe, aquello de que el fin justifica los medios.

Se vislumbran cambios en el horizonte no tan lejano, las cloacas se van a ampliar, y sino, al tiempo.

No es broma

3 comentarios:

José Ignacio dijo...

Lo que es peligroso.

El Estado siempre ataca en nuestro nombre, pero luego somos nosotros los que sufrimos las consecuencias precisamente porque curiosamente NO PODEMOS DEFENDERNOS de la "gente mala".
Fijate un ejemplo: Si alguien te roba en casa y te defiendes, hiriendo a uno de los ladrones, eres tú el que tiene responsabilidad penal y encima tienes que indenmizar al ladrón herido (y si sabes artes marciales, esto se considera ataque con arma blanca y puedes ir a la cárcel, por defenderte).

¿Solución? ¿A lo Minority report? ¿Permitir que los ciudadanos tengan armas?
Dificil equilibrio: aunque la situación actual (al menos en España) no me parece justa para el buen ciudadano.

Y así nos va,

Tòfol dijo...

Has tocado un tema esclarecedor: las armas.

Si tú intentas adquirir un arma legalmente, es prácticamente imposible, como no sea para deporte, y aún así, los requisitos son inmensos, incluso imposibles para algunos. Todos los esfuerzos del Estado en materia de armas, son para controlar las armas legales.

Sin embargo, cualquier delincuente que se precie, maneja un arma, y no tiene control alguno, porque las posibilidades de que la policía le registre para buscarla, están supeditadas a que haya cometido un delito y haya indicios suficientes para que el juez autorice el registro.

Saludos

jc navarro dijo...

"Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar".

Martin Niemöller (1892–1984), es parte de un sermón dado por él en la Semana Santa de 1946.

Un saludo.