jueves, 1 de agosto de 2013

UN AVIÓN, DOS PILOTOS
En vista de la gran automatización de los sistemas de vuelo de los aviones modernos, que hacen completamente posible, que un avión pueda despegar y llegar a su destino, sin necesidad de que nadie lo pilote, se  barajó durante algún tiempo la posibilidad de que para mejorar el rendimiento económico de las operaciones, los aviones fuesen pilotados por un solo hombre.

Con respecto a este tema circulaba un chiste en el que se decía que los nuevos aviones iban a llevar una tripulación compuesta por un piloto y un perro: la labor del piloto consistiría en alimentar al perro, y la del perro sería morder al piloto si se le ocurría tocar algo.


Pues bien, desde un principio ni la FAA, ni a la EASA, organismos que controlan la seguridad, aérea en los países donde se construyen casi todos los aviones comerciales, han contemplado de forma alguna el conceder certificados de aeronavegabilidad a aviones construidos para ser pilotados por un solo hombre, no se plantea ni remotamente la posibilidad de dejar en manos de un solo hombre, la seguridad de todo el pasaje, por mucho que exista tecnología suficiente para prescindir, no solo de uno, sino de los dos tripulantes.


Los aviones de pasajeros, siempre han estado tripulados como mínimo por dos personas y hace algunos años, por tres, y anteriormente, en vuelos transatlánticos incluso por cuatro. Claro que como el ser humano siempre consideró peligroso el volar, siempre contempló el factor máxima seguridad desde el inicio de la aviación comercial.


Ahora ha ocurrido en España un terrible accidente ferroviario. Al respecto, se han gastado toneladas de tinta y saliva y miles de millones de bytes, escribiendo, analizando y especulando sobre el tema del accidente de Angrois: la responsabilidad del maquinista, la responsabilidad de RENFE, la llamada telefónica del interventor, la falta de señalización, la correcta gestión de los sistemas automáticos de circulación, etc..


Pero a nadie se le ocurre pensar, que resulta terriblemente ridículo, que la vida de todo el pasaje de un tren, dependa de que una sola persona accione manualmente un mecanismo de frenado, o  de que no cometa error alguno en la aplicación de un manual de operaciones. 


Debemos plantearnos una cuestión: si ciertas acciones del maquinista de un tren de alta velocidad son tan importantes como para que pueda ocurrir tamaño desastre, por acción, o por omisión, ¿Cómo es posible que tanta responsabilidad sea asignada a una sola persona, susceptible de sufrir mareos, despistes o cualquier otra vicisitud propia de un humano?.


Ello nos lleva a la verdadera cuestión de fondo en cuanto a la tripulación de trenes súper rápidos, dedicados al transporte masivo de personas, que son conducidos por un solo piloto, al estilo de los primeros trenes de vapor cuando circulaban a 40 o 50 Km/h, cuando las funciones del maquinista no estaban tanto en frenar, como en evitar que el tren se parase por falta de vapor.


No se puede dar tanta responsabilidad a una sola persona, los trenes rápidos debieran ser conducidos por un mínimo de dos personas cualificadas.
 

Como los aviones.



No es broma

1 comentario:

csc212 dijo...

En los trenes de vapor iban el maquinista y el fogonero... 2 personas.

Interesante reflexión la de colocar dos maquinistas....

También a mi modo de ver, hay que tener en cuenta que ha sido un accidente.... y que es imposible coseguir accidentes = 0. Quizas estemos haciendo "un castillo de un grano de arena" (entrecomillas).

Es una gran desgracia, pero quizas hay que coger algo de distancia, y al igual que como sucedió con el accidente de spanair en barajas tener claro que el riesgo existe, menor que el de que te atropellen por la calle, pero existe y hay que aprender a vivir con él.