lunes, 16 de mayo de 2011

 CHARLATANES DE FERIA

Recuerdo películas del Oeste en las que aparecían grandilocuentes vendedores de elexires maravillosos que servían para todo, tanto para limpiar la plata, como para curar, desde un resfriado a una parálisis, por regla general dichos personajes abandonaban rápidamente el lugar en cuanto terminaban la venta de sus productos engañosos que, en el mejor de los casos, no servían para nada. En algunas ocasiones el guión de la película hacía que se topasen con algún cliente, que en el pasado, había sido victima de sus productos, lo cual  motivaba una huída del lugar a marchas forzadas, provocando la hilaridad de los espectadores.

Dicha figura aunque  menos exagerada que en las películas, se daba también, en la realidad, en España, y en el resto de Europa, en épocas no muy lejanas, en que las ferias eran un acontecimiento masivo en todos los pueblos de cierta importancia, se les conocía como charlatanes, o mejor, como charlatanes de feria. Se encaramaban en una tarima y rápidamente se hacían con una audiencia fácil en una época en que en los medios rurales, el entretenimiento no abundaba tanto como la ingenuidad, y con su habitual don de palabra practicaban algún tipo de estafa menor obteniendo algún beneficio mediante el engaño y la superchería. Otra de las habilidades más comunes era  la prestidigitación (movimiento rápido de las manos), mediante la cual hacían los cambios oportunos de productos que entregaban, recibían o devolvían. A menudo los poseedores de la primera habilidad mencionada se asociaban con los de ésta, para mejor llevar a cabo sus estafas.

Estos personajes, en la practica, ya han desaparecido, o eso creía yo, hasta que esta semana, previa a las elecciones municipales, he constatado que aunque hayan desaparecido de las ferias, continúan  en el campo de la política. Así, pienso que si nuestros difuntos antepasados volviesen y contemplasen en la televisión o leyesen las crónicas de los distintos mítines que se producen a diario, no dudarían en clasificar a sus protagonistas como lo que pienso que son: charlatanes de feria o mejor dicho charlatanes de la política, eso si, sin prestidigitación.

Así estamos, en las manos de una casta a lo hindú, a la que llamamos clase política, pero que en realidad y salvo honrosas excepciones no son mas que magos de la palabrería, la mentira y la supercheria, a los que no se les exige otra virtud que el saber engañar a los mas ingenuos y mantener a raya a los mas avispados. Todo lo que pudiera parecer deseable para un dirigente como por ejemplo la eficiencia, la cultura, la visión de futuro, o la capacidad administrativa y de organización, puede ser útil, pero no imprescindible, en definitiva nada que pudiera dar a su poseedores el titulo  tan solemne de hombres de Estado.

RESULTANDO, que a mayor ignorancia del electorado mayor efectividad de los charlatanes y por consiguiente como peor sea la educación, mejor para ellos, no hay mas que asegurarse de que los medios de comunicación vayan a lo suyo, que no consiste en formar opinión alguna, tan solo en ganar dinero,  para que alguna de las tetas del Estado esté siempre disponible, incluso en la oposición.

Yo un ingenuo mas, viendo la imparable progresión de libre opinión que ha propiciado este magnífico instrumento social de comunicación que es INTERNET, tengo fe sin embargo, en que los días estén contados y que los charlatanes vuelvan al lugar donde siempre debieron estar: en las ferias.

En las que quedan

No es broma

5 comentarios:

JIV dijo...

Aplausos aplausos. Risas y risas.

Pero no es para tomárselo a coña. Tienes toda la razón. Pero además de charlatanes, corruptos y mentirosos.

Les vendría muy bien el lema "corruptus in extremis" que aparece en el escudo de la ciudad de Springfield de los Simpson.

Esto es un país de fábula,

y así nos va.

Tòfol dijo...

Me alegro de que te rias, pero por supuesto no me lo tomo a coña, es mas me lo tomo muy en serio y por eso escribo una página cada semana en este blog.

Si todos los que vemos la realidad de las cosas escribiésemos unas lineas de vez en cuando, otros gallos cantarian y a lo mejor los chorizos de la política tendrían que jugar, por lo menos, con cartas sin marcar. No te equivoques somos muchos, aunque silenciosos, pero las cosas van a cambiar porque Internet es un arma mucho mas potente de lo que algunos creen.
Saludos

JIV dijo...

No te niego que Internet es un arma infalible. Pero también es de doble filo.

Espero que no te haya molestado la frase inicial. Solo lo expresaba así porque, prima facie, es lo que me había parecido algunas cosas, especialemte lo de charlatanes de feria (buhoneros, truhanes y demás del folcrore castellano). Nada más.

Y sí, las cosas tienen que cambiar. Pero ahora en serio. ¿De verdad crees que estos que hablan de cambio no van a poner a sus familiares y amigos en esos sitios? ¿De verdad se creen lo que proponen? Porque yo solo les he visto criticar al sistema, pedir reformas, pero no veo ninguna propuesta.
Internet es una gran fuente de información y no cuesta nada. Pero claro a veces es más fácil ir de botellón y no dar un palo al agua y luego pretender que "papá Estado" les solucione la vida.

Saludos y perdona esta parrafada, pero es que hay algunos que me tocan mucho las narices.

JIV

Tòfol dijo...

No me referia a estos, y menos con las soluciones que proclaman y las adhesiones que suscitan entre los demócratas de siempre (el PC, etc), me refiero a quienes creemos que los partidos políticos estan incontrolados y que hay que reformar un montón de cosas, empezando por la Ley Electoral, que convierten a los partidos en verdaderos dictadores e impidiendo que se salten a la torera la CE cuando les da la gana.
saludos

GF dijo...

Coincido en tus comentarios. Pero te comento algo más, el problema de la casta política y de sus decisones en puestos de gobierno a cualquier nivel, probablemente, van a derivar en un aumento de votantes de partidos más extremistas (creo que en el caso de España hacia la izda. por nuestra historia); sólo h ay que mirar a unos cuantos países europeos. Para entonces... las soluciones pueden ser muy complicadas y duras.