sábado, 9 de febrero de 2013

 ¡PORQUE SE LO MERECE!

Lo de Mariano Rajoy, comienza a ser patológico, empeñado como siempre en hacer lo contrario a lo que dice, ya que por una parte predica la virtud de la limpieza en la política, y por otra se resiste como siempre a cesar a quienes dan mala apariencia, ya vimos como se resistió a cesar a Camps, luego a Bárcenas, y ahora a Mato, aunque creo que a ésta también terminará cesándola, eso si, cuando ya sea demasiado tarde y el daño esté hecho.

A  mi manera de  ver, la ministra Mato, debiera dimitir porque no debe permanecer en el gobierno una persona sobre la que recaen serias sospechas. Así son las cosas, las apariencias están en su contra, son las reglas de la política por aquello de la mujer del Cesar.... es una cuestión de formas, ante la duda, se marcha uno, haberlo pensado antes. http://nosonbromas.blogspot.com.es/2009/10/la-mujer-del-cesar-s-egun-cuenta.html

Pero lo que ya no es una cuestión de forma, sino de fondo, son las declaraciones de Rajoy, “Ana no va a ser cesada: es justo y se lo merece”.

O sea, que al final nos confiesa, lo que ya sabíamos, que los máximos responsables de la gestión del país, no están ahí, por ser los mejores, los ideales para realizar su trabajo, ya ni siquiera de dentro del partido,sino porque se lo merecen, así que no se trata de un cargo para prestar un servicio a la nación, sino de un premio, como el padre que regala una bicicleta a su hijo por haber aprobado; le dicen: vaya bicicleta has comprado a tu hijo... y el padre contesta, “se la he comprado porque se la merece”.

Me recuerda  la canción de los payasos de la tele, Fofo y Miliki en sus número infantiles de La Gallina Turuleca, en una parte del espectáculo uno de los payasos gritaba:

-¿Y sabéis porque?: 
-¡Porque se lo merece!

 Y a continuación  cantaban todos a coro,
 Se lo merece,
se lo merece
se lo merece
  se lo merece...
Así están las cosas, nos gobiernan personas, no porque sepan de algo, sino porque han hecho algo por el jefe, y se lo merecen.

¿ Y nosotros no nos merecemos nada?, ¿solo pagar?.

Que país, madre...

No es broma

3 comentarios:

JIV dijo...

Se te ha olvidado decir que Marianito llamó "ciudadano honorable" a Fabra...

Es cierto, qué país. Parece que nos acabáramos de dar cuenta.

Ahora Mato, Rajoy tienen que dimitir cuando por cosas peores no han dimitido ni siquiera Felipe González...

No voy a ser el que dice y tú más; pero a mi cada día que pasa el caso Bárcenas me huele cada vez peor... (Los editoriales de ElPaís son una buena muestra de lo que digo).

De todas formas, tienes razón: Qué país madre...

No son conscientes de que llevan al país a un golpe... (rellénalo como quieras: de Estado, revolucionario o de efecto).

Saludos,

JIV

csc212 dijo...

El "porque se lo merece" no tiene a mi modo de ver ningún problema. Si realmente Ana Mato demostrara tener los méritos adecuados para ministra.... El problema no es si se lo merece o no, sino el porqué se lo merece. Por desgracia lo merece por estar a la sombra de... y haber aguantado carros y carretas.

Cuando todavía gobernaba Aznar, parecía que tenía otros méritos. Ahora nos ha demostrado que no.

A la picota.

Tòfol dijo...

Se le puede conceder a alguien un título nobiliario, o un doctorado “Honoris Causa” o una condecoración, en fin, muchas cosas, por el hecho de que se lo merezca, por lo que sea: servicios prestados, etc., . Pero lo que no es de recibo es utilizar puestos de responsabilidad, para premiar a la gente.

Si Rajoy hubiese dicho: “Ana no se puede marchar, porque me parece la persona mas adecuada entre las que dispongo para este puesto”, entonces nada podríamos decir aunque no estuviésemos de acuerdo, porque a él le hemos confiado el Gobierno de la Nación, y es a él a quien corresponde evaluar a las personas en las que confía en aras del interés general.

El problema es, que darle a alguien un puesto con una responsabilidad que afecta a todos los españoles, no puede ser para pagar un favor o premiar algo, aunque ya sabemos que eso se hace constantemente (basta ver los gabinetes de Zapatero en el que había puestos ocupados por personas solo por su sexo), pero que se declare abiertamente que alguien está en un puesto que puede influir en nuestras vidas, “porque se lo merece”, es una forma de demostrar públicamente que no se está en el Gobierno para servir, sino para satisfacer ambiciones personales.