lunes, 21 de noviembre de 2016

La democracia como religión


La democracia es tan solo una forma de gobierno que todos sabemos es imperfecta, pero que todos decimos que es la mejor forma de gobierno conocida.

Es una forma de gobierno elitista, no aplicable a todas las sociedades; precisa de varios requisitos, el más importante; un nivel cultural alto, porque si la gente es ignorante, llega cualquier cantamañanas con cuatro promesas incumplibles, se lleva sus votos y se pone a gobernar en perjuicio de todos, incluso de los que le han votado.

Por eso, los cantamañanas necesitan de una sociedad a cuyos votantes puedan engañar, y algunos partidos que no pueden convencer, porque no tienen argumentos creibles, se centran en los sectores mas incultos; los mas asequibles, son normalmente esos que además quieren bajar la edad del voto para así engañar facilmente a quienes todavía rozan la niñez.

Por lo dicho anteriormente, esos que pretenden llevar la democracia a lugares donde es impracticable por su bajo nivel cultural, o porque el pueblo está mas pendiente del precio del pan que de tal o cual derecho, habría que recordarles que la democracia es una forma de gobierno, no una religión que deba ser predicada o impuesta por la fuerza.

Lo digo por los que en nombre de la democracia, han organizado el berenjenal de Libia, Irak y Siria y a cambio de de derrocar con bombas a unos dictadores, han llevado allí la miseria, la pérdida de derechos de las mujeres, el terror religioso, la muerte de cientos de miles de personas y el desplazamiento de poblaciones enteras que ahora desesperanzadas buscan refugio por Europa.

Esto no es nuevo, antes se hacía en nombre de Dios, la muerte era lo de menos si se salvaba el alma, pero la democracia no es una religión y no precisa de misioneros ni cruzados.

Y menos que quienes han causado tal desbarajuste demócrata, sean precisamente los únicos que no quieren oír hablar de refugiados en su territorio. 

No es broma 

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