martes, 20 de marzo de 2012


LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES

Las democracias modernas se han constituido en gran parte, sobre una filosofía basada en un sistema de clases, los ricos que dan empleo y los pobres que trabajan, y en España, como en el resto de Europa ello representa el súmmum de la anacronía.

Los trabajadores han sido durante siglos, los pobres, una clase injustamente  desfavorecida, a la cual había que proteger frente a otra clase privilegiada de ricos, que los utilizaban para enriquecerse mas, grandes terratenientes, grandes empresarios con grandes industrias o para el servicio domestico con empleos basados en la superioridad del señor frente al sirviente. Básicamente, así ha sido en el pasado, y ello ha dado lugar a diferentes movimientos sociales, encaminados a buscar una igualdad entre todos los hombres, o por lo menos, a disminuir la abismal distancia que los separaba.

Algunos de los movimientos sociales de tipo revolucionario, han fracasado tras años de injusticias, puesto que en realidad, no suponían mas que una vuelta a la tortilla, que al cocerse, suponía otro tipo de explotación por otra clase superior de distinto nombre, que oprimía igualmente. Pero al final, han surgido otros movimientos, mas justos y moderados, aunque influidos por los primeros y hemos llegado a un sistema, que si bien produce algunas desigualdades, consigue por lo menos, una igualdad de oportunidades muy importante; cualquier trabajador puede hoy, convertirse en empresario si está capacitado y lo intenta, así lo hacen muchos que lo consiguen, y otros muchos que no.

Así pues, nos encontramos con que los trabajadores ya no son explotados, y sus patronos no son ya todos ricos, sino que, por lo menos en las comunidades occidentales y especialmente en España, los empleadores son en su inmensa mayoría, otros trabajadores que han progresado o intentan progresar, y ser y tener algo más.

Está claro que los trabajadores tienen derechos irrenunciables, pero estos derechos no son ya de los trabajadores, sino de toda la sociedad en general porque ya prácticamente no existe lucha de clases alguna, ya que estamos en un Estado social y democrático, donde si bien subsisten algunas diferencias, el Estado tiene los mecanismos para compensarlos, verbigracia: los impuestos.

Está muy bien que quien sea despedido de su trabajo, tenga derecho a una indemnización, lo que ya no está tan claro es que este derecho tenga que ser sufragado por el empleador, especialmente cuando el despedido tiene una cobertura por desempleo, que quien le despide no tiene, a pesar de ser quien ha pagado las cotizaciones que hacen posible la prestación, y peor aun, cuando en muchas ocasiones, el empleador, no es mas que un trabajador por cuenta propia que queda en peor posición que el despedido.

Es lo mismo que una pareja que se divorcia, no parece justo que si los dos trabajan y tienen un sueldo, uno de ellos tenga que indemnizar o pasar una pensión al otro, cuestión diferente de cuando solo uno de ellos trabaja y el otro se dedica a la casa y a los hijos, en este caso, el que tiene el sueldo debe en justicia, indemnizar o pagar una pensión a quien se queda desamparado por haber estado trabajando en la casa, para ambos, sin percibir nada a cambio.

Está muy bien tener derechos, pero para tener derechos, alguien debe garantizarlos, así por ejemplo, si bien es cierto que todos tenemos derecho a tener unas vacaciones, en realidad solo tienen vacaciones aquellos que tienen a alguien que se las pague, porque de no ser así, podríamos afirmar que los cinco millones y pico de parados que hay, están disfrutando vacaciones. Y todos sabemos que no es así, que sin paga, no hay vacaciones, aunque no se trabaje.

No puede ser que todos los empresarios, especialmente pequeños y autónomos, se tengan que constituir en una especie de padres, penalizados con la tutela de sus empleados, como si fueran sus hijos, a los que se les tenga que garantizar una serie de derechos establecidos por el legislador, los cuales, deberíamos tener todos sin excepción y que por lo tanto corresponderían ser garantizados por el Estado mediante la administración de los impuestos proporcionalmente aportados por todos y cada uno de los españoles, desde los que mas ingresan que paguen mucho, a los mas desprotegidos que no paguen nada.

Además así lo prescribe la Constitución Española. Cada vez más semántica.

No es broma


1 comentario:

JIV dijo...

Tienes razón. Sin embargo, una precisión respecto al divorcio.

La indenmización que debe dar el cónyuge que trabaja (que siempre es el hombre) al que no trabaja (que siempre es la mujer), tiene la justificación en que el que no trabaja ha renunciado a ello a causa del matrimonio. Por lo que el Código Civil entiende que el matrimonio ha perjudicado a una de las partes y que es la otra quien debe compensar.
El problema es que esto es una presunción. Y lo que habría que demostrar realmente es que la mujer (las cosas como son) ha renunciado a su tabajo por el matrimonio (familia-hijos) y no que no trabaje por otras razones (que no le de la gana). Lo que implica que en caso de conflicto, habrá que ir a juicio (tiempo, costes, inseguridad, etc.)

Sin embargo, esto también está sujeto a injusticias, como ya sabrás.

Un saludo,

JIV