LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES
Las
democracias modernas se han constituido en gran parte, sobre una filosofía
basada en un sistema de clases, los ricos que dan empleo y los pobres que
trabajan, y en España, como en el resto de Europa ello representa el súmmum de
la anacronía.
Los trabajadores han sido
durante siglos, los pobres, una clase injustamente desfavorecida, a la cual había que proteger
frente a otra clase privilegiada de ricos, que los utilizaban para enriquecerse
mas, grandes terratenientes, grandes empresarios con grandes industrias o para
el servicio domestico con empleos basados en la superioridad del señor frente
al sirviente. Básicamente, así ha sido en el pasado, y ello ha dado lugar a
diferentes movimientos sociales, encaminados a buscar una igualdad entre todos
los hombres, o por lo menos, a disminuir la abismal distancia que los separaba.
Algunos de los
movimientos sociales de tipo revolucionario, han fracasado tras años de
injusticias, puesto que en realidad, no suponían mas que una vuelta a la tortilla,
que al cocerse, suponía otro tipo de explotación por otra clase superior de
distinto nombre, que oprimía igualmente. Pero al final, han surgido otros
movimientos, mas justos y moderados, aunque influidos por los primeros y hemos
llegado a un sistema, que si bien produce algunas desigualdades, consigue por lo
menos, una igualdad de oportunidades muy importante; cualquier trabajador puede
hoy, convertirse en empresario si está capacitado y lo intenta, así lo hacen
muchos que lo consiguen, y otros muchos que no.
Así pues, nos
encontramos con que los trabajadores ya no son explotados, y sus patronos no son
ya todos ricos, sino que, por lo menos en las comunidades occidentales y
especialmente en España, los empleadores son en su inmensa mayoría, otros trabajadores que han progresado o
intentan progresar, y ser y tener algo más.
Está claro que
los trabajadores tienen derechos irrenunciables, pero estos derechos no son ya
de los trabajadores, sino de toda la sociedad en general porque ya prácticamente
no existe lucha de clases alguna, ya que estamos en un Estado social y
democrático, donde si bien subsisten algunas diferencias, el Estado tiene los
mecanismos para compensarlos, verbigracia: los impuestos.
Está muy bien
que quien sea despedido de su trabajo, tenga derecho a una indemnización, lo
que ya no está tan claro es que este derecho tenga que ser sufragado por el
empleador, especialmente cuando el despedido tiene una cobertura por desempleo,
que quien le despide no tiene, a pesar de ser quien ha pagado las cotizaciones
que hacen posible la prestación, y peor aun, cuando en muchas ocasiones, el
empleador, no es mas que un trabajador por cuenta propia que queda en peor
posición que el despedido.
Es lo mismo
que una pareja que se divorcia, no parece justo que si los dos trabajan y
tienen un sueldo, uno de ellos tenga que indemnizar o pasar una pensión al
otro, cuestión diferente de cuando solo uno de ellos trabaja y el otro se
dedica a la casa y a los hijos, en este caso, el que tiene el sueldo debe en
justicia, indemnizar o pagar una pensión a quien se queda desamparado por haber
estado trabajando en la casa, para ambos, sin percibir nada a cambio.
Está muy bien
tener derechos, pero para tener derechos, alguien debe garantizarlos, así por
ejemplo, si bien es cierto que todos tenemos derecho a tener unas vacaciones,
en realidad solo tienen vacaciones aquellos que tienen a alguien que se las
pague, porque de no ser así, podríamos afirmar que los cinco millones y pico de
parados que hay, están disfrutando vacaciones. Y todos sabemos que no es así,
que sin paga, no hay vacaciones, aunque no se trabaje.
No puede ser
que todos los empresarios, especialmente pequeños y autónomos, se tengan que
constituir en una especie de padres, penalizados con la tutela de sus empleados,
como si fueran sus hijos, a los que se les tenga que garantizar una serie de
derechos establecidos por el legislador, los cuales, deberíamos tener todos sin
excepción y que por lo tanto corresponderían ser garantizados por el Estado mediante la administración de los impuestos proporcionalmente aportados por todos y cada uno
de los españoles, desde los que mas ingresan que paguen mucho, a los mas desprotegidos
que no paguen nada.
Además así lo
prescribe la Constitución Española. Cada vez más semántica.
No es broma
1 comentario:
Tienes razón. Sin embargo, una precisión respecto al divorcio.
La indenmización que debe dar el cónyuge que trabaja (que siempre es el hombre) al que no trabaja (que siempre es la mujer), tiene la justificación en que el que no trabaja ha renunciado a ello a causa del matrimonio. Por lo que el Código Civil entiende que el matrimonio ha perjudicado a una de las partes y que es la otra quien debe compensar.
El problema es que esto es una presunción. Y lo que habría que demostrar realmente es que la mujer (las cosas como son) ha renunciado a su tabajo por el matrimonio (familia-hijos) y no que no trabaje por otras razones (que no le de la gana). Lo que implica que en caso de conflicto, habrá que ir a juicio (tiempo, costes, inseguridad, etc.)
Sin embargo, esto también está sujeto a injusticias, como ya sabrás.
Un saludo,
JIV
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